A veces acaban tan rápido que ni aprecias que hubieran pasado cien años entre esfuerzo y decepción, otras dejan un recuerdo de inocencia y demencia dulce, otras ni siquiera con concentración las logras ubicar, como en los libros vienen y van entre personajes, situaciones, pasos y avances.
No acabo de tener demasiado claro el concepto de acierto y error, sinceramente creo que las historias están formadas de tantos capítulos y secuelas que se hace harto complicado entonar una melodía acorde con cada pasaje, se convierte todo en una mezcla a lo 'masa de pastel' que tras hornearla durante horas puede quedar esponjosa o hecha una verdadera birria. Teniendo en cuenta que durante el recorrido puedes leer infinidad de novelas, elegir un género también se vuelve difícil, nuestro ánimo y estado varían, nuestros conceptos, prioridades, gustos, pareceres; lo que no cambia, o al menos no debería hacerlo en la mayoría de casos (otros lo necesitan con urgencia, premura y gravedad), es la esencia, esa que hace de nosotros un 'nosotros', único e irrepetible, aunque copiemos patrones, nos influya el entorno, el acervo cultural, los tormentos y tormentas mentales y un sinfín de diminutos detalles consentidos o sorprendentes.
Se entiende que la base de quiénes y cómo somos, eso que nos define, eso que no podemos ocultar por mucho tiempo -aunque hay verdaderos casos de interpretación digna de Oscar- debe ser la carta de presentación a la hora de comenzar una historia, como una sinopsis de lo que puede acontecer, bueno y malo, para así no hacer 'spoiler' ni adelantar acontecimientos, pero tampoco embarcar a alguien en una aventura creada desde fantasías y falacias, comunes o intrincadas.
Acierto o error, bueno... la verdad no se trata de eso, sino de terminar el libro y decidir si volver a leerlo, recomendarlo, o por el contrario enterrarlo en la estantería de los 'cuentos saldados', también podrían quemarse, pero bien es sabido que no deben arder las letras, es mejor dejarlas ahí, para que caigan en el olvido o en otras manos que quizá tengan escalas o esencias diferentes y anhelen una novela de aventuras místicas y dudosa veracidad.
Al fin y al cabo todos elegimos qué leer... y qué olvidar.
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