Ideas, delirios, certezas, escaras, opiniones, esa zona incontrolada de nosotros mismos que nunca sabemos dónde y cuándo exponer. Partes de un ser humano imperfecto pero único, trazos de una vida.
Piezas, al fin... de una existencia.
El amor sin ternura es puro afán de dominio y de auto afirmación hasta lo destructivo. La ternura sin amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada.
Cada paso que amagaba, una semilla caía. Cada decisión tomada, era tallo que surgía. Tales eran sus aciertos, que hasta torre y caballo sus lugares confundían.