El amor sin ternura es puro afán de dominio y de auto afirmación hasta lo destructivo. La ternura sin amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada.

Fernando Savater



martes, 2 de diciembre de 2014

Blanco y negro

Cada paso que amagaba, una semilla caía.
Cada decisión tomada, era tallo que surgía.

Tales eran sus aciertos, que hasta torre y caballo sus lugares confundían. 





jueves, 27 de noviembre de 2014

Tanteando...


Conversaban las almas:


-Hace falta un plan -dijo suavemente-, es imprescindible.

-Pues yo no lo veo así, ando con ambos pies, tanteando el terreno, o bueno ¡qué leches! pisando por donde voy sin necesidad de que esté marcado.

-Siempre haces lo mismo, eres incorregible, y lo peor es que luego te flagelarás al respecto, lo sabes.

-Bueno, tal vez tengas razón, ¿sabes? hace falta un plan -entre risas.

-Pues ponte a ello.

-Sí, ¡venga! saca papel y lápiz.



Y así... sin dobleces ni adivinanzas, comenzó a dibujar el mapa de su presente.








Historias.

A veces acaban tan rápido que ni aprecias que hubieran pasado cien años entre esfuerzo y decepción, otras dejan un recuerdo de inocencia y demencia dulce, otras ni siquiera con concentración las logras ubicar, como en los libros vienen y van entre personajes, situaciones, pasos y avances. 
No acabo de tener demasiado claro el concepto de acierto y error, sinceramente creo que las historias están formadas de tantos capítulos y secuelas que se hace harto complicado entonar una melodía acorde con cada pasaje, se convierte todo en una mezcla a lo 'masa de pastel' que tras hornearla durante horas puede quedar esponjosa o hecha una verdadera birria. Teniendo en cuenta que durante el recorrido puedes leer infinidad de novelas, elegir un género también se vuelve difícil, nuestro ánimo y estado varían, nuestros conceptos, prioridades, gustos, pareceres; lo que no cambia, o al menos no debería hacerlo en la mayoría de casos (otros lo necesitan con urgencia, premura y gravedad), es la esencia, esa que hace de nosotros un 'nosotros', único e irrepetible, aunque copiemos patrones, nos influya el entorno, el acervo cultural, los tormentos y tormentas mentales y un sinfín de diminutos detalles consentidos o sorprendentes. 
Se entiende que la base de quiénes y cómo somos, eso que nos define, eso que no podemos ocultar por mucho tiempo -aunque hay verdaderos casos de interpretación digna de Oscar- debe ser la carta de presentación a la hora de comenzar una historia, como una sinopsis de lo que puede acontecer, bueno y malo, para así no hacer 'spoiler' ni adelantar acontecimientos, pero tampoco embarcar a alguien en una aventura creada desde fantasías y falacias, comunes o intrincadas.
Acierto o error, bueno... la verdad no se trata de eso, sino de terminar el libro y decidir si volver a leerlo, recomendarlo, o por el contrario enterrarlo en la estantería de los 'cuentos saldados', también podrían quemarse, pero bien es sabido que no deben arder las letras, es mejor dejarlas ahí, para que caigan en el olvido o en otras manos que quizá tengan escalas o esencias diferentes y anhelen una novela de aventuras místicas y dudosa veracidad. 
Al fin y al cabo todos elegimos qué leer... y qué olvidar.




lunes, 24 de noviembre de 2014

Tiempo de brujas.

Tres de la mañana, hora de apartar sábanas blancas con cadenas y sombras sobre las almas.
Tres de la mañana, tiempo de acudir a musas preñadas y liberar nómadas neuronas de la nada.

Tres de la mañana, ¿eres tú o eres otra?... ¿eres trampa o eres hada?




jueves, 13 de noviembre de 2014

Música y vida...

Tanto y tanto escribir, derramar, escupir y vomitar letras sobre cariños, desesperanza, ilusiones, momentos, tragedias internas,  pasajes del recuerdo, infancia, de todo lo humano y lo divino... y, nunca he dedicado un espacio bloguero a la música, siendo como es, la base inamovible de mi camino.

Pues bueno, como digo siempre, es bueno, y casi imprescindible, tener la banda sonora de tu vida, en cada rutina, sorpresa o momento diario. Existe una melodía de acompañamiento para cada instante a explorar, no sé si esto es algo adquirido del cine o que nuestra mente, de forma natural, lo porta sin remedio a un plano fantástico donde todo se hace con una base emocional. Imagino no todo el mundo compartirá esa visión, pero en mi caso no puedo separar la música de mí propia existencia, allá donde more, mora ella. 
Lo bello del arte es que es una fuente inagotable de opciones, es imposible no encontrar la que te represente o identifique, dando lo mismo tus cambios de aire, opinión, motivación u objetivos, está presente en el formato que desees para aliviar tus penas ¡o potenciarlas!, arropar tu alegría, ayudar a tus errores a encontrar la salvación, y un sinfín de minúsculas y grandes variantes que no cesan de cambiar y amoldarse a tu 'yo' real y sin máscaras o disfraces, solo la música y tú. 
Siempre puedes acudir a los acordes del pasado, esos que van anclados a recuerdos de personas o sensaciones, agradables o no, y que de cuando en vez apetece transitar como algo constructivo... o para hacerte el 'harakiri' vital, eso a elección.
También te permite viajar por mundos, idiomas, culturas, terrenos subjetivos con más o menos sentido o complejidad, en ocasiones sencillos ritmos al amparo de un escueto y repetitivo mensaje son suficiente, otras una progresión demencial e intensa, acompañada de una letra digna de mil noches de reflexión y llanto interno te remata y marca para siempre. 
No hay momento ni lugar, no hay registro ni cadencia, no hay estilo ni versión, todo es susceptible de ser, de estar, no hay edad ni conciencia clara, no hay raza ni físico preferente, no desprecia un oído atento, unos pies ansiosos o un alma sensible, envuelve todo y a todos.

Yo... no puedo vivir sin música, ¿acaso tú sí? 






viernes, 7 de noviembre de 2014

Símiles de ida y vuelta.

No te pareces a un ninja, el equilibrio no es tu aliado, pareces un niño cuando ríes y te cuelas en la cama de mi lado.
No te pareces a un reptil, la frialdad no te funciona conmigo, pareces un anciano cuando amas, salpicando de paciencia mi destino.
No te pareces a nadie, clonarte nunca será objetivo, pareces tan cuerdo en tus cariños que la demencia de tus labios trae olvido.
No te pareces a mí, aunque bebamos juntos la vida, pareces ese grito que deseo y la luz que le falta a mis caricias.

No te pareces... y te pareces, tanto caminé hasta conocerte, que aunque sume con temor todas mis iras, no podré frenarme al recorrerte.












A tí... my loving blood.

Ser alguien bueno no nos salva de las catástrofes involuntarias, ser bueno no te aporta una coraza que te libra de todo mal, ser bueno no es ser alguien que no comete errores, que no se equivoca o 'la caga', ser bueno no es ser siempre justo, no es ser correcto ni sano.

Ser bueno es ser leal, consecuente, conciliador, es recapacitar, reflexionar y arreglar, o al menos no volver a cometer las mismas mierdas que asumes como tales, ser bueno es no hacer daño intencionadamente, cuidar y cuidarte, amar y amarte, ser bueno es ser tú sin maldades insanas, es ser imperfecto, tener altibajos, ser incoherente, cambiar de opinión, meditar, informarte, conocer y desconocer, ser bueno es SER sin oprimir o coartar que el resto sea.

Tú eres bueno, eres mágico, jodidadmente inquieto y tiernamente loco, tú mereces vivir, estar, sonreír cada día y probar suerte, de nuevo, sin los miedos de antaño ni las pésimas decisiones, mereces tu espacio, tu tiempo, ese que perdiste entre sombras por querer llegar rápido a lo material (eso que va y viene y que ya aprendiste de sobra, que ni es medio ni fin, sino solo algo puntual para conseguir 'cosas') mereces amor, cariño, compañía, mereces oportunidades, mereces salud.

Ser alguien bueno no nos libra de desgracias, pero ayuda a valorar nuestro paso por esta horrorosamente bella existencia. 

Dicen los entendidos que te irás pronto, pero ahora estás. Yo no sé hasta cuando habitaré este traje de piel, así que nuestra única diferencia es que tu conoces una causa con nombre propio y fecha aproximada de vencimiento. Mereces más, mereces la duda, la ignorancia y la sorpresa, mereces tu mente libre de temores. No los tengas, porque hacemos el mismo camino, y yo... yo seré siempre tu compañera.


Te quiero, mi sangre.





martes, 4 de noviembre de 2014

De azules cielos y 'enconos' varios...

Pudiendo hablar desde la rabia, el desconcierto o la más absoluta de las sorpresas, decido hacerlo desde la calma, la reflexión y la paz que aportan un par de rones cuando te traspasan en el momento adecuado, aunque hagan efecto con unos días de retraso.

Hace tiempo me ronda (palabra que aborrezco... últimamente) la absurda idea de que el mundo es mundo y la realidad una sola. A ver, ni lo uno es inamovible ni lo otro certero, hay visiones, formas, perspectivas, enajenaciones momentáneas que varían rumbos y actos susceptibles de ser malinterpretados, en un sentido literal de la expresión 'Mal interpretar', que de aspirantes a Carlos Mata está lleno el mundo. 
Juicios, prejuicios, sentencias, atribución de características a la ligera, exposición de asuntos internos que solo conciernen a quien los sufre o goza, así, al sol... sin protección ni crema que ayude a no provocar quemaduras. Lamentos, quejas, victimismos, abusos, presión, lástima, juegos sin reglas, o con unas poco fiables y cuyos beneficios generalmente recaen sobre la misma azotea, la del interesado, músicas de fondo dignas de películas de Cantinflas y letras que siempre pasan por Coelho, como si fuera el salvador universal de las almas heridas e hirientes. En fin... aneuronados atentos a una historia sin rendir cuentas a su propio, y más que a menudo flojo, esfínter.

Si dijera 'recto' no hablaría precisamente de una posición correcta al caminar o la dirección por la cual dirigirse a un destino (mejor si es lejano que cercano dadas las intenciones, gracias) hablaría de la zona infecta por donde cada quien hace lo que todos... cagar y cagarla. 
Somos pieles, amén de color y textura -hay quien raspa y quien es suave, a pesar de no conllevar esto ninguna ventaja en lo que a inteligencia se refiere- pieles que camuflan una maquinaria que a menudo no funciona de un modo adecuado, más que a menudo falla, erra y tropieza en la misma y continua avería, pensar en serio que una piel, igual o no a la mía pero cubriendo lo mismo, sea referencia de algo que solo me interesa a mí y mis fantasmas ¡me aterra!
¿En qué momento se repartió el "don" de ningunear, resabiar y vegetar para controlar emociones y, lo que es peor, destinos ajenos?, verdaderamente me alarma ver, escuchar y leer a tantísimas almas generando despojos a costa de sus iguales, carentes de empatía o algo que se le parezca, de corazón y de coherencia... si si, coherencia, eso que vomitamos convirtiéndolo en bandera y estandarte de nuestra escala social de valores, que se presuponen, y rara vez topas con alguien que los ejerza.

Olvidamos que estamos fabricados en serie, con distintos accesorios -adquiridos o luchados- distintas características y distintos matices, pero en serie, con las mismas jodidas opciones en cuanto a existencia se refiere 'Una vida, una oportunidad', para lo que sea o acontezca según el rol que te haya tocado o hayas elegido vivir, pudiendo variarlo a tu antojo, cambiar de opinión, de objetivos, de amores, certezas y ¡hasta de color de pelo!, fíjate que suerte tenemos que hasta nos adjudicaron una fecha de caducidad, esa que nos ponemos como excusa para acelerar o detener acciones 'Ay, señor... llévame pronto' o 'El tiempo pasa rapidísimo'. 

En esencia somos lo mismo, así que no te empeñes en analizar cual adivinador los motivos ajenos, las decisiones o reacciones, mejor ocúpate de generar buenos recuerdos, siendo esa la única manera, conocida, de detener el tiempo. 

viernes, 11 de julio de 2014

Verdades...


Y entre tanto sonrío, 
con cada paso que dais,
y ya siempre olvido el tiempo,
solamente porque estáis.





Hagamos algo...

Júrame un beso con las yemas de los dedos,
sedúceme olvidando que me tocas,
recorre mi pasado sin su hielo
y canta sin pudores cada nota .

Muerde sin presión cada estocada,
finge las certezas de esta loca,
memoriza cada lado de la cama,
y juguemos para ver quien se equivoca...


Nadie mas que él...

Hablando de tópicos (que no son lunarcitos pequeños dichos en esdrújula), de actitudes humanas, reacciones habituales de los que todos renegamos, amores nuevos que no aman, cariños viejos que repasan por costumbre, obligaciones que no existen y de bolsillos rotos sin remendar, se encontró a sí mismo un buen día... pero SOLO.
Tampoco hacía falta más compañía, al fin y al cabo aquello de transitar los pasillos de su sesera no fué nunca un trabajo de equipo. Quería entender tantas cosas que terminaba siempre volviendo al mismo jodido rincón, aquel donde un gran palo de madera repleto de flechas con nombres semi borrados indicaba el lugar correcto al que acudir. ¿Cómo saberlo?, sencillamente imposible, o improbable.
Indagó, investigó, recorrió callejuelas ocultas, caminos bañados por recuerdos... y nada, de nuevo al mismo rincón, empezaba a considerar la opción del abandono hasta que en una de las flechas advirtió algo raro.
- ¿Esto pone 'Olvido'?
Sí, así era, siguió la dirección correcta y llegó a su destino, no era más que otro rincón, pero no igual que el anterior, era un rincón lleno de luz, el 'rincón del olvido', ese donde abandonar sin miedos lo pasado, era el rincón final. Allí dejó todo, temores, recuerdos, emociones vividas, amor. Liberó sus cargas y se fué, esta vez con una calma inexplicable, bella.
Dejó todo y volvió a empezar, sin mentiras, sin falsas actitudes, sin posturas condicionadas por sentimientos ajenos, volvió a empezar solo, como estuvo siempre, no se dejó atrapar por el amor, ni por el dolor... simplemente anduvo con respiración pausada y una sonrisa en la frente como bandera.


lunes, 30 de junio de 2014


El comienzo...


Al cerrar calló, permaneció en silencio durante horas, recorrió sus momentos poco a poco y volvió al comienzo de los tiempos.
Trató de comprender tantos misterios que el corazón dejó de latir, cegó por el momento sus instintos y se entregó a esa oscuridad sin preguntar nada en absoluto.
Al cerrar calló, no murió aunque eso parezca, no perdió ni se rindió, tan solo fué libre de elegir entre la lucha y el descanso, no hizo otra cosa que comenzar.
Cuando miró sus manos sonrió, pero fué leal a su pacto, su pacto de no hablar, su pacto de no decir lo mucho que deseaba tener otras extremidades, unas fuertes y grandes que pudieran proteger todo lo que amaba, que pudieran envolver y envolverla.


Al cerrar calló... y lo hizo para siempre.







Había una vez...

De forma tranquila te entrego mis lunares,
la intensa es para mis vivencias,
con pausa te vomito mis verdades
y me trago sin más las exigencias.

Aguardo paciente algún verso,
detallo tus errores uno a uno,
le ruego a cada hora tu regreso
y me olvido del instante inoportuno.

Quizá no sea el mundo ni magia ni aventura ,
quizá no existirá ningún momento,
tal vez jamás me mires con ternura
y muera sin el beso de mi cuento.





La niña y su moraleja...


Corría y saltaba la niña mimada,
corría y saltaba mientras paseaba,
subía los brazos y daba palmadas ,
decía bien alto 'Aquellas son malas'

Al rato del juego muy sola se vió,
buscó compañia y no la encontró,
decía bien alto '¿Quién juega conmigo?',
y las" niñas malas" obviaron el grito.

Corría y saltaba la niña mimada,
corría y saltaba mientras paseaba,
subía los brazos y daba palmadas,
ahogaba su llanto mientras suspiraba.




Batallas frente a frente...

Te planteas y debates ante el espejo, preguntas a tu reflejo sin mover los labios ¿debes decirlo todo?.
A menudo pienso que en la necesidad de hablar radica la fuente de nuestro sufrimiento, quieres vaciarte, no ves el motivo por el cual ocultar u omitir, salvo cuando se trata de no dañar, y aún así sientes el impulso de no dejar tu miedo en manos del destino.
Te observas y deshaces frente a ese espejo, cuestionas ideas evitando mirarte demasiado tiempo a los ojos, para no correr el riesgo de volverte extraño.
En ocasiones me estremezco al advertir cierta soledad, o sonrío al reconocerme mayor ante esa niña lejana que anhela no dejar de serlo.
Te mueves y revuelves con tu sola compañía, deseas ser así, ser tú, sin trabas ni máscaras de quita y pon, sin juicios ni falsas virtudes, sin medallas ni defectos atribuídos por quienes nada saben.
A veces, solo a veces, te ves... y ahí, en ese preciso instante, es cuando 'la nada' y 'el todo' se unen y viajan para obsequiarte con una dosis de locura.


martes, 24 de junio de 2014

El 'Tic Tac' del pensamiento.


Noches elegidas al azar, en un devaneo arriesgado de marcar tu autonomía, noches que pasan a ser rutina horaria y cita obligada pasado el umbral de lo exigible.

Rondan palabras, fluyen ahogadas llamadas de socorro que se plasman tecla a tecla al compás inquebrantable del 'Tic Tac', ese sonido que marca y recuerda que no hay marcha atrás ni corrección posible.

Escudriñas y estrujas cada neurona como si de un cítrico se tratase, empeñado tozudamente en esa apuesta unilateral a la que retaste al destino, noches imposibles de eludir que se convierten en tumba abierta sin escondites secretos.

Se pasean frases con pausas eternas, se agolpan en la frente del desdén ideas que no llegan a exhalar su último sentido, rescatas a cada golpe una escasa porción de vida.

El 'Tic Tac' del pensamiento, fiel parca de tus días, de tus noches... obligadas sin azar.








Amantes de humo...



De humo como las palabras, como las promesas, de humo como los cuentos inventados por personas faltas de aventura... De humo, como los amantes.

De humo fué aquella historia, su mundo, amantes de humo fueron, amantes de temporada, o temporadas. Amantes que pasaron a ser compañeros, como en tantas realidades y rutinas, que pasaron a ser cómplices de un dia a dia sin sentido, de un camino común pero forzado, amantes de humo sin nada que decir, con todo por contar.

De humo los sentimientos que tragaron cada instante, las opiniones, los gestos, las ganas... ay las ganas, las de volar a otros mundos, las de escapar de la tortura del cariño imaginado, ansias y anhelos de coronar metas, que individualmente, nunca unidos, hacían que su cárcel fuera llevadera.

De humo los momentos en los que una caricia marcaba un comienzo que siempre terminaba en sopor, de humo los besos de reloj que duraban milésimas seguidos de un 'Hola' o un 'Chao'. De humo los saludos cordiales frente a extraños, y no tanto, que aparentaban... y sólo eso, una extrañamente armónica normalidad.

De humo fué aquella historia, plagada de falacias, de duelo y regresiones del pasado.


De humo los amantes que solo vieron pasar el tiempo, sin vivirlo... sin vivirlo.